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Cómo lo hacen

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Las 100 empresas más grandes de Colombia
Las 100 empresas más grandes de Colombia y las 900 siguientes

Cómo lo hacen

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La fortaleza de un país se mide tanto por su capital social como por su tejido empresarial. Y en este aspecto, Colombia ha evolucionado en los últimos años evidentemente. De acuerdo con el listado de SEMANA, el año pasado las 1.000 empresas más grandes del país reportaron ingresos por más de 800 billones de pesos, lo que muestra un incremento del 11,5 por ciento frente al resultado de 2017. Mientras tanto, las utilidades aumentaron en 50,2 por ciento en términos generales. Nada mal para una economía que cerró 2018 con un crecimiento del 2,7 por ciento.

Y las 100 empresas más grandes que operan en territorio colombiano exhiben una fortaleza que se convirtió en uno de los aspectos más llamativos del año pasado. SEMANA encontró que tuvieron 500 billones de pesos en ingresos en el año, es decir que aportaron el 60 por ciento del registro total del país.

A la cabeza del ranking permanecen, como en los últimos años, las compañías de petróleo, comercio, combustibles, bebidas, industria y telecomunicaciones.

Los buenos precios del petróleo ubicaron de nuevo a la estatal petrolera Ecopetrol como la compañía de mayores ingresos en el país en 2018. La sigue el Grupo Éxito, que nació como una pequeña tienda de comercio de textiles en Medellín y hoy opera en Brasil, Argentina y Uruguay. Junto a ellas aparecen compañías nacionales pero también un amplio número de firmas extranjeras que han logrado consolidar una robusta operación y se han convertido en verdaderos emporios en el país.

Cómo lo hacen

Felipe Bayón

Ecopetrol

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La fórmula ganadora

La mayor empresa del país tuvo un año extraordinario en 2018. Los buenos precios del crudo ayudaron, pero la gestión fue clave.

Desde 2014, el sector petrolero mundial enfrentó un duro ajuste. Tanto fue así que llevó los precios del crudo de cerca de 100 dólares el barril a casi 27 dólares.

Eso significó para las compañías productoras de hidrocarburos un complejo panorama operativo. Y tuvieron que enfrentarlo con menos costos, personal e inversión.

Ecopetrol no fue la excepción en esta historia. La empresa encaró unas circunstancias tan críticas que en 2015 reportó pérdidas por cerca de 4,5 billones de pesos. Desde entonces empezó una estrategia de ajuste para proteger la caja, mantener absoluta disciplina de capital y lograr mayores niveles de producción y de reservas. Ese es el mantra de la administración encabezada por su presidente, Felipe Bayón.

La estrategia empezó durante el mando de Juan Carlos Echeverry, quien llevó a la hoy ministra de Minas, María Fernanda Suárez, como vicepresidenta financiera. Bayón fortaleció y consolidó este ajuste, lo que le permitió cosechar los frutos.

Las cifras hablan por sí solas. La compañía logró en la vigencia pasada 67,82 billones de pesos en ingresos. Eso fue casi 12 billones de pesos más que en 2017. Así logró el objetivo de seguir creciendo. Además, el ebitda alcanzó un valor de 30,80 billones de pesos, lo que mostró una solidez envidiable en generación de caja. Al final, las reservas saltaron a 1.727 millones de barriles de crudo equivalentes. Como queda claro con este panorama estadístico, la empresa cumplió su estrategia a cabalidad.

Sin lugar a dudas, los precios ayudaron, pero tales niveles de márgenes muestran que la gestión ha sido fundamental. En efecto, cuando las oportunidades se presentan, hay que estar preparado para aprovecharlas.

Obviamente, los desafíos se mantienen. El más importante de ellos es que, con el mayor ritmo de producción, los pozos existentes podrían empezar a agotarse más pronto de lo deseado. Así que seguir incorporando reservas de crudo resulta fundamental.

Por eso, la compañía realiza inversiones considerables tanto en lo operativo como en nuevas adquisiciones. Para cumplir la meta, este año tiene destinados entre 3.500 y 4.000 millones de dólares. Pero de aquí a 2021, las inversiones podrían llegar a un rango de entre 12.000 y 15.000 millones de dólares.

El presidente de la firma, Felipe Bayón, tiene la oportunidad pendiente de meterse de lleno en proyectos pilotos de fracking que generen información sobre los impactos ambientales, los desafíos técnicos y las relaciones con las comunidades donde pueda haber esta clase de explotación. Para estos proyectos en particular, Bayón aseguró que la compañía tiene listos hasta 500 millones de dólares para invertir.

El tema es sensible y, por eso, el directivo se ha mostrado convencido de la posibilidad de extraer los combustibles por medio de técnicas no convencionales, sin impactar el medioambiente ni las poblaciones cercanas. Asegura que el país tiene que recaudar la información de las líneas base para acuíferos e impactos sociales y con ello tomar decisiones informadas. Solo así se puede acertar en la estrategia que se debe implementar hacia futuro con el sector.

Ecopetrol enfrenta grandes retos a mediano plazo y, aunque haya hecho una excelente tarea, no puede bajar la guardia.

Si Colombia decide decirle no al fracking , podría enfrentar muy pronto escasez de combustibles. Eso generaría un choque externo de varios miles de millones de dólares al año, recursos necesarios para importar la gasolina y los hidrocarburos con los que funciona la economía.

Eso pone en evidencia que Ecopetrol afronta retos importantes en el mediano plazo. Aunque haya hecho una excelente tarea en las últimas vigencias, no puede bajar la guardia.

Acertar en los procesos de inversión es fundamental. Por ejemplo, la compañía considera seriamente la posibilidad de comprar empresas expertas en hidrocarburos en el mercado estadounidense. Obviamente, no descarta que dentro de los activos analizados estén compañías expertas en fracking. Cabe recordar que ese país logró su gran revolución de los hidrocarburos gracias a yacimientos no convencionales, y hoy más de la mitad de su producción, que alcanza los 13 millones de barriles por día, proviene de esta clase de proyectos.

Los resultados de Ecopetrol durante 2018 muestran cómo se hace un ajuste para dejar una compañía lista para aprovechar los buenos vientos en los tiempos de recuperación. La disciplina de caja, el aumento de las reservas y los niveles de producción, así como la más estricta disciplina de capital componen la fórmula del éxito.

Dentro de la estrategia de capital ha habido un esfuerzo grande por cambiar el perfil de la deuda y reducir el monto de pasivos de la compañía. El año pasado prepagaron 2.500 millones de dólares equivalentes en deuda. Esto acabó de fortalecer los niveles de liquidez de la petrolera, que hoy son el gran músculo con que ahora busca robustecer su posición en los mercados en los que opera.

Sin lugar a dudas, la más importante firma del país por nivel de ingresos es un caso de éxito de ajuste y puesta a tono. Una historia que muchos tienen que entender para seguir un ejemplo de buena y valiosa gestión.

Carlos Mario Giraldo

Grupo Éxito

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El camino de la innovación

Apostar por formatos que mejoran la experiencia de los clientes dio buenos resultados. Por eso este año subirán la inversión.

El consumo no tuvo un gran año en 2018. Aunque la mayoría de las empresas de comercio lograron cerrarlo dignamente, no tuvieron los resultados que muchos esperaban. Por eso ponen buena parte de sus expectativas en la recuperación que podrían tener en 2019.

Esto no significa que no haya resultados para mostrar. Es el caso del Grupo Éxito, cuya estrategia financiera le permitió alcanzar ingresos por 55 billones de pesos, aumentó en 24,4 por ciento la utilidad bruta y registró inversiones en el país superiores a los 300.000 millones de pesos.

También la estrategia de nuevos formatos, Éxito Wow y Carulla Fresh, logró el hito de impulsar en 10 puntos el crecimiento de los ingresos.

Carlos Mario Giraldo, presidente de Grupo Éxito, explica que tres temas permitieron garantizar los buenos resultados; innovación, consistencia y diversificación del riesgo.

Estos conceptos se han convertido además en la fórmula para mantenerse vigente y trascender en el mercado.

En materia de innovación, destaca el lanzamiento de Éxito Wow –los supermercados del futuro– y Carulla Fresh Market –un concepto sano y sostenible–. Ambos han evolucionado las marcas al incorporar elementos para sorprender a los clientes.

El año pasado 7 almacenes de Éxito cambiaron hacia este nuevo formato y al finalizar 2019 ya deberían sumar 16. En el caso de los Carulla Fresh Market tienen la meta de llegar a 13 al finalizar este año, es decir 7 más que el pasado. Las inversiones también superarán este año los 300.000 millones.

En materia de consistencia explica que le apuestan a sorprender siempre a los clientes y desarrollar formatos que les faciliten la vida alrededor del concepto de omnicanalidad.

Esto incluye los almacenes físicos segmentados para cada público y cada necesidad. Pero también una apuesta por el comercio electrónico mediante la página web, las aplicaciones y los catálogos digitales.

En diversificación de riesgos, también hay avances claros: en 2015 Grupo Éxito, cuyo accionista mayoritario es la cadena francesa Casino, compró una participación en el Grupo Pão de Açúcar en Brasil que le dio acceso a su manejo. adquirió la totalidad de acciones de la cadena Libertad de Argentina, decisiones que se sumaron a la compra anterior de las cadenas Disco y Devoto en Uruguay.

Esta consolidación de negocios le permitió al grupo ejecutar 28 sinergias como crear nuevos formatos, implantar el modelo textil colombiano en otros países, reducir costos y aprovechar economías de escala. Eso sí, el mayor aporte a los ingresos provino de Brasil, el mayor mercado donde opera el grupo.

En un sector tan competido como el retail, diferenciarse es un asunto retador, especialmente con la llegada de los hard discount y el crecimiento del comercio digital.

Sin embargo, Giraldo destaca que tienen una gran ventaja competitiva por el conocimiento del comercio en Colombia y los otros países donde operan.

Los formatos Éxito Wow y Carulla Fresh Market le aportaron cerca de 10 puntos adicionales a los ingresos de las marcas.

Además, por la capacidad logística, que les permite atender ya sea en sus canales físicos o digitales.

A pesar de los desafíos que les plantea a las empresas de comercio el complejo panorama económico y la crisis de confianza del consumidor, cree que hay razones para el optimismo.

Para Giraldo la coyuntura comienza a cambiar positivamente. Lo dice apoyado en el mejor comportamiento de la economía desde el último trimestre del año pasado y la mayor estabilidad política luego de las elecciones presidenciales de 2018. A lo anterior le agrega el hecho de que factores fundamentales macroeconómicos como la inflación y las tasas de interés se han mantenido controladas y en niveles saludables.

Así mismo, destaca la decisión del Congreso de no gravar con IVA un grupo importante de productos de la canasta familiar. Eso, sumado al crecimiento del salario mínimo por encima de la inflación, terminarán por estimular el consumo de los hogares.

Por eso ve grandes oportunidades de crecimiento del país, “derivadas de la reactivación de proyectos, el dinamismo del sector turístico que viene creciendo 25 por ciento y una mayor oportunidad del mercado de capitales que podría atraer inversión extranjera y fortalecer el panorama empresarial”, asegura.

Para el presidente del Grupo Éxito, los nubarrones comienzan a disiparse. Dice que es hora de que las compañías vuelvan a pensar en los grandes planes que permitan continuar con el avance del país.

Para echar a andar nuevamente el proceso, cree que resulta fundamental para los líderes estar muy de cerca a la operación y tener la capacidad de moverse rápidamente ante los entornos cambiantes. Eso significa innovar de acuerdo con las necesidades de los clientes, ejecutar rápidamente, creer en las personas y reconocer su valor.

¿Su fórmula de liderazgo? Rodearse de un buen equipo de trabajo y actuar de manera ética y honesta. Eso siempre le ha funcionado.

Jorge Mario Velásquez

Grupo Argos

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La máquina de Argos

El grupo se alinea con los ciclos económicos en los países donde opera, en una correcta distribución del riesgo y en una apuesta por lo digital.

Los negocios del Grupo Argos funcionan según las circunstancias. Si un país o región no marchan bien por cuenta de factores macroeconómicos o precios de commodities, probablemente en otro rincón del continente vivan la situación contraria.

Por actividad económica sucede algo similar. Si la venta de cemento o energía no da tan buenos números por algún ciclo o coyuntura, es posible que las concesiones o el segmento inmobiliario presenten mejores panoramas.

Diferentes negocios, un mismo norte. Y a partir de ahí, el grupo busca consolidarse como un jugador protagónico del sector de la infraestructura en América. Bien sea para proveer cemento –con Cementos Argos–, energía –con Celsia–, desarrollos inmobiliarios o para construir y operar vías y aeropuertos –con Odinsa–.

Esa consolidación continental se ve reflejada en los balances y en el acento corporativo, que no pierde su esencia paisa y colombiana.

Cuando se suman los ingresos de las operaciones, el 65 por ciento viene en dólares o monedas dolarizadas provenientes del exterior, explica Jorge Mario Velásquez, presidente del grupo.

En el negocio cementero, la cifra sorprende aún más, pues cerca de 78 por ciento de los ingresos provienen de operaciones por fuera de Colombia. Nada que ver con la estructura de Argos en la década del noventa cuando el mapa de la compañía tenía un par de banderitas y con los mismos colores.

Esta ‘emancipación’ de Colombia se ha visto reflejada en un mayor tamaño corporativo. El Grupo Argos ya cuenta con activos por 48 billones de pesos, opera en 18 países, tiene unos 13.000 empleados y cerca de 12.000 accionistas. Su ebitda supera los 4 billones de pesos y la utilidad neta creció un 32 por ciento en 2018. Nada mal para una empresa que cuando empezó produjo 50 toneladas de cemento en Antioquia.

Sin embargo, ha tenido que transitar por caminos complicados. A veces las economías de los países no marchan con todo su potencial o los ciclos políticos drenan la confianza del sector privado. Eso golpea a cualquier empresa por preparada que esté.

Por regla general, estas compañías que emprenden por fuera de su frontera después de expandirse tienen una fase de consolidación. Una especie de recuperación financiera luego de los impactos en otros mercados. Por eso, la deuda neta en 2018 fue 3,7 veces el ebitda. “Si me preguntas dónde queremos estar, queremos estar entre 3 y 3,5 veces”, dice Velásquez.

También ha hecho un proceso de desinversión de activos no estratégicos. Por ejemplo, lotes de terrenos, oficinas y, en general, activos ajenos a la esencia del negocio. Los vendieron y con eso pagaron parte de la deuda puente que tomaron para la planta de Martinsburg (West Virginia).

Tienen otra fuente interesante de liquidez en el mercado de capitales. Las compañías del grupo han demostrado habilidad a la hora de entrar o salir de bolsa, acá o en Estados Unidos. El tema será siempre escoger el momento y la excusa ideal. “La opción de listarnos a nivel tres (Wall Street) la estamos mirando, pero no es una decisión que obedezca nada más a un deseo”, comenta.

Es una carta, casi un as bajo la manga para capitalizar oportunidades que se puedan abrir en el corto o mediano plazo.

Y en cuestión de oportunidades, algunas se generan y otras se encuentran en el camino. Frente a las primeras hay que decir que en el caso de Odinsa viene trabajando desde hace un tiempo en tres grandes propuestas.

Ya sea con deuda o con capital –o con las dos–, esta compañía y el grupo le propusieron al Gobierno nacional construir una tercera pista, ampliar el actual terminal y una segunda terminal en El Dorado de Bogotá.

La diversificación de mercados es un hecho: cerca del 65 por ciento de los ingresos del Grupo Argos provienen del exterior.

La obra representaría un esfuerzo financiero de 2.500 millones de dólares. No habría aporte público, según el modelo planteado.

Odinsa también presentó propuestas para un nuevo aeropuerto en Cartagena y una vía perimetral en el occidente de la capital de la república. Pocas empresas en el país, e incluso en la región, tienen la capacidad para desarrollar estos tres proyectos de manera simultánea.

La otra gran apuesta se centra en los nuevos desarrollos digitales, sobre todo los que buscan acercar y mejorar la comunicación con el cliente. El Grupo Argos ha destinado millones de dólares al desarrollo o compra de aplicativos o iniciativas digitales que buscan bajar costos y hacer más eficiente la actividad productiva y de distribución.

En cuanto al estado de la economía nacional, Velásquez cree que las señales de la economía colombiana han sido positivas en 2019. “La verdad creo que el año empezó bien. En cemento tuvo un repunte, los datos de consumo eléctrico son positivos y se mantiene un crecimiento en el tráfico aéreo y por carretera. De manera que la actividad está robusta”, dijo.

Para el directivo, las señales hacia la empresa y hacia la inversión empresarial derivadas de la Ley de Financiamiento fueron positivas y correctas. La posibilidad de descontar el IVA en la inversión de bienes de capital, la disminución en el descuento parcial del ICA, la reducción paulatina de la renta presuntiva, el descenso secuencial de la tasa de impuesto a la renta, por mencionar algunas, son medidas en la dirección correcta para incrementar la inversión.

Este es un país lleno de oportunidades, dice el timonel del Grupo Argos. Un parte de confianza.

Bernardo Vargas

ISA

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La joya de la corona

El valor de su acción se duplicó en casi tres años y sus planes ya incluyen a Estados Unidos. Los objetivos para 2030 son ambiciosos en la región.

En los últimos tres años, el valor de la acción de Interconexión Eléctrica S. A. (ISA) se duplicó, al pasar de cerca de 7.500 pesos en 2016 a más de 15.000 hoy. Es el reconocimiento del mercado al desarrollo de una de las empresas más estables y mejor manejadas. En las últimas dos décadas, ISA ha tenido una gran evolución: como empresa del sector público, fue la primera en democratizar su participación para permitir la llegada de miles de socios y dejar el 51 por ciento en manos de la Nación. Adicionalmente, diversificó su portafolio y, además de la transmisión de energía, llegó a otros sectores como comunicaciones, concesiones viales y la administración del mercado de energía.

Pero también se convirtió en una de las firmas de vanguardia en Colombia al romper fronteras y conquistar mercados internacionales, que la convirtieron en una poderosa multilatina.

Uno de los años más retadores fue 2018, pues estuvo enmarcado en la desaceleración del crecimiento en la zona y la incertidumbre política producto de procesos electorales, como los que vivieron Brasil y Colombia.

Sin embargo, sus resultados mantuvieron la senda del crecimiento. Al cierre del año pasado, ISA reportó ingresos por 7,2 billones de pesos, lo que significó un crecimiento del 4 por ciento; la utilidad neta llegó a los 1,5 billones de pesos, 6 por ciento por encima de la registrada en 2017; el ebitda acumuló 4,8 billones de pesos, con un crecimiento de 8,4 por ciento, y alcanzó un margen ebitda de 66,5 por ciento. Asimismo, el grupo invirtió 2,4 billones de pesos en sus planes de crecimiento en los distintos negocios.

Casi el 76 por ciento de los ingresos totales corresponden al negocio de transporte de energía; el de concesiones viales representó el 17,4 por ciento y el de telecomunicaciones llegó a 4,6 por ciento.

Por mercados, Brasil es el más grande al reportar el año pasado el 34 por ciento de los ingresos; mientras que Chile aportó el 19 por ciento; Perú, el 18 por ciento; y Colombia registró una participación de 26 por ciento.

Pero 2018 también fue un año para repensarse e ISA replanteó su estrategia. La meta que se había fijado para 2020, de triplicar las utilidades registradas en 2012, la cumplió y superó en 2017, al multiplicarla por 5,3 veces. Entre 2016 y 2017, además del desarrollo de los negocios, los resultados fueron favorecidos por las indemnizaciones que recibió de Brasil, tras un ajuste en las concesiones, que le representaron cerca de 12 billones de pesos.

Ahora, la nueva visión contempla mantener un portafolio diversificado; crecer en los mercados en los que opera –Brasil, Colombia, Chile y Perú, entre otros–, aunque buscando que sus ingresos no se concentren en uno solo; ampliar los negocios en los que participa en esos países, pero que hoy no los tiene desarrollados; incorporar nuevos mercados e integrar a su estrategia mayor innovación para capitalizar emprendimientos relacionados con su operación.

Con este panorama, el porvenir será muy movido para ISA y solo en los próximos cinco años planea inversiones por 10,5 billones de pesos.

Inicialmente, desarrollará en Colombia y Perú el negocio de concesiones viales que hoy tiene en Chile. Esta movida, además de permitirle entrar al negocio en estos dos países, le facilitará balancear su estructura de ingresos y que Brasil no pese tanto.

Para los próximos cinco años, ISA invertirá más de 10,5 billones de pesos en sus planes de crecimiento.

La idea es participar en las concesiones ya construidas, y, para ello, se alió con Construcciones El Cóndor, que se encargará del mantenimiento de las carreteras. Se espera que se inicien las compras de las vías de cuarta generación (4G) que ya se han terminado, y en el sector se menciona con insistencia que algunas de las de Mario Huertas podrían terminar bajo el control de ISA.

En los nuevos mercados, estudian a México, Argentina y Estados Unidos, y estiman que, para 2024, ISA ya debe tener presencia en Norteamérica.

La nueva meta programada para el año 2030 consiste en crecer mínimo 70 por ciento su ebitda, invertir 10.500 millones de dólares en sus geografías actuales y en las nuevas, así como más de 2.000 millones de dólares en nuevos negocios y emprendimientos, y reducir 11 millones de toneladas de CO2.

Sin embargo, es muy posible que ISA, como sucedió en su momento con Isagén, quede en un torbellino y en medio de un debate político. Existe ese riesgo desde que el Gobierno incluyó su participación en esta empresa en su programa de venta de activos para enfrentar la estrechez fiscal, y sacar adelante sus proyectos y planes.

Su valor en el mercado supera los 17 billones de pesos y sería un activo muy interesante para los fondos de capital privado o para los estratégicos que quieran entrar o consolidarse en el país y la región. Mientras que Ecopetrol enfrenta serias complejidades –está al vaivén de los precios internacionales del petróleo, tiene unas reservas que llegan a nueve años y debe afrontar la transformación de la matriz energética en el mundo–, ISA se ubica en negocios más estables, con apuestas de largo plazo, y es una empresa sin mayores sobresaltos.

El otro accionista público de ISA es EPM, que tiene el 10 por ciento. Debido a la crisis por la emergencia en Hidroituango, ya comenzó el proceso de venta de esta participación, que se sumaría a la decisión del Gobierno de vender el 51 por ciento. Estas determinaciones moverán el mercado de capitales y pondrán todos los reflectores en la acción de ISA. ¿En qué manos quedará?

Carlos Zenteno

Claro

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Panorama claro

La mayor firma de telecomunicaciones del país vislumbra un año de inversiones, en el que serán definitivas la Ley TIC y la subasta del espectro.

Después de la tempestad llega la calma. Y tras cuatro años de haber bajado el acelerador de sus inversiones, tras pagar una billonaria indemnización al Gobierno en un fallo sobre reversión de activos, las compañías de telecomunicaciones vuelven a la carga. Claro, la mayor firma del sector en el país, vislumbra un año de inversiones, en el que serán definitivas las decisiones en temas como la aprobación de la Ley TIC y la subasta del espectro.

Pero la apuesta debe ser muy cuidadosa, pues el sector de las telecomunicaciones se ha transformado completamente en diez años. Los datos han venido reemplazando la voz y esto cambia el negocio para todos.

Esa transformación ha repercutido en la renovación de la oferta comercial de la marca, para personas, hogares y empresas. Carlos Zenteno, presidente de Claro, adelanta que en la nueva estrategia los clientes están en el centro de la operación.

Con una base de 29,9 millones de suscriptores móviles, de los cuales 7 millones de personas pertenecen a planes pospago, se están enfocando en entregar más datos a través de la red 4G y 4.5G.

En el segmento hogar, fortalecieron la convergencia que ha caracterizado al grupo al ofrecer televisión, telefonía fija, internet y entretenimiento en un mismo servicio. Para empresas consolidaron un portafolio de conectividad, servicios digitales y soluciones de cocreación.

Y para ser relevantes trabajan en soluciones a la medida, basadas en tecnologías emergentes, como internet de las cosas, big data , nube e inteligencia artificial. Invirtieron unos 25 millones de dólares en el Data Center Triara Claro, que soporta a más de 600 empresas de la región. Y se integraron con Hitss, otra firma de América Móvil, que apalanca el desarrollo de software.

Zenteno afirma que esperan mantener este año esa tendencia para seguir entregando buenos resultados, crecer en participación de mercado y en rentabilidad, así como optimizar la experiencia de los clientes.

La compañía no solo quiere que los consumidores usen sus servicios, sino que también los recomienden. Uno de los caminos para lograrlo pasa por una aplicación en la que los usuarios pueden agendar visitas técnicas, hacer seguimiento y administrar el portafolio de servicios.

Enfocarán las inversiones de este año en expandir y modernizar redes, sistemas y plataformas, lo que les permitirá seguir ampliando la cobertura 4.5G. Están ad portas de abrir en Medellín su tercer centro de datos, donde atenderán tanto pymes como empresas.

Esta sede sirve como data center principal o alterno de los clientes de Claro a nivel nacional, conectado con el Data Center Triara de Bogotá.

En un país que cada vez requiere mejores comunicaciones, Claro enfocará sus inversiones en expansión y modernización de redes, sistemas y plataformas.

Lo que viene

Este es un año decisivo para el sector, que enfrenta varios escenarios posibles que dependen de asuntos como la ley de modernización del sector TIC y la subasta del espectro de 700 MHz, una tarea que dejó pendiente el Gobierno pasado.

“En buena hora el Gobierno puso este tema en la agenda pública”, asegura Zenteno. Manifiesta que Colombia tiene la oportunidad de ajustar y modernizar el marco regulatorio de las telecomunicaciones. No solo para retomar el liderazgo sectorial que una vez tuvo en la región, sino para lograr la conectividad del 100 por ciento del territorio nacional y liderar los esfuerzos por insertar a la sociedad colombiana en la cuarta revolución industrial.

Aunque el interés está en conectar más y mejor a los clientes, Zenteno aclara que el panorama de inversiones, efectivamente, va a depender de lo que suceda con esos dos procesos y de las condiciones que se den en el mercado.

Para el empresario, en la medida en que se modernice el sector, que aumente la certidumbre jurídica y se minimicen las zonas grises en términos regulatorios, habrá mayor confianza para invertir.

También las condiciones para la subasta del espectro electromagnético deben tener un marco competitivo y estable, en el que los jugadores puedan participar en condiciones de igualdad. Asegura que, si alguien tiene un activo durante 20 años, podrá invertir mucho más que si lo tiene durante 10, la certidumbre jurídica es mayor y puede poner más recursos porque tiene más tiempo para recuperar la inversión.

El hecho de que Colombia complete seis años sin adjudicar espectro y que solo se haya asignado cerca del 30 por ciento de lo recomendado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) genera expectativa en las firmas del sector.

Desde la visión de Zenteno, la subasta del espectro de 700 MHz modernizará tecnológicamente al sector TIC, dinamizará las inversiones en el mercado y representará un apoyo importante en la carrera para construir un entorno digital robusto, accesible y disponible para los colombianos.

La confianza está puesta en el escenario regulatorio. Porque cualquier inversionista, en cualquier país, en cualquier sector, pide previsibilidad, certidumbre y estabilidad jurídica y regulatoria. Hacia allá debe transitar el país.

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