Los seres humanos siempre esperan que el padre muera en la vejez. Aún en dicha circunstancia la partida generará tristeza y los hijos tendrán que trasegar por las etapas de shock, negación, aceptación y asimilación que la psicología ha descrito ante la muerte de un ser querido. Pero en Colombia la guerra le robó a muchos ese derecho. Los expuso no solo a enfrentarse muy pronto a la muerte del padre, sino a formas brutales de morir que les generaron un impacto tan grande que los manuales de autoayuda para hacer el luto se quedaron cortos. Porque el duelo no solo afecta por la muerte, sino por la forma de morir. Y a veces esto último resulta más difícil de tramitar. En el conflicto colombiano, según la psicóloga Lina Rondón, esas formas de morir como el asesinato, la desaparición forzada o la tortura “cambiaron totalmente la manera de tramitar el dolor”. Los hijos, entonces, sufrieron por partida doble: por la muerte del padre y la condición en que fallecieron.
El conflicto dejó más de 8 millones de colombianos afectados. Por 60 años Colombia vivió en un estado de duelo suspendido. La ausencia de la verdad en las masacres, los asesinatos y las desapariciones forzadas han provocado que muchos no logren sanar sus heridas. Pero eso está cambiando con la firma del acuerdo de paz. Esta semana lo demostraron algunas víctimas del secuestro al desfilar ante magistrados de la JEP para relatar los horrores que vivieron en cautiverio. Aunque muchos ya habían contado su historia, lo que dijeron tiene un valor enorme porque lo hicieron con la reflexión que permite el paso del tiempo y porque sucede en un espacio en el que pueden hacer oír sus voces sin temor a ser acalladas. Son los primeros pasos para hacer el duelo y poder pasar la página de uno de los capítulos más dolorosos de la historia del país.
Para conocer esa experiencia con el duelo individual, SEMANA habló con un grupo de senadores, exministros y personajes de la vida pública que tienen en común la tragedia de haber perdido de niños o de jóvenes a sus padres a manos de alguno de los actores de la guerra. Todos ellos han tramitado el dolor en una manera singular.