CONFLICTO y SALUD MENTAL

EL LADO OLVIDADO DE LA VIOLENCIA

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Los terapeutas de la guerra

Líderes comunitarios, psicólogos, abogados, trabajadores sociales y médicos han tenido que aprender en el camino de política y leyes para atender a las víctimas. Esta ha sido su experiencia.

Juan David Villa es psicólogo y filósofo pero cuando habla de su trabajo parece un historiador versado en el conflicto armado. Se sabe de memoria las fechas de las incursiones de paramilitares y guerrilleros en el bajo Atrato, las cifras de las víctimas de pueblos paisas condenados por la violencia y las sentencias de tutelas que han buscado mejorar la calidad de atención a las víctimas.  Y es que como él los profesionales de las entidades que trabajan con los sobrevivientes de la guerra han tenido que aprender de leyes, de política y de psicología para poder ayudar a la población afectada y no revictimizarla.

 

En un comienzo los abogados que iban a tomar los relatos de las víctimas entraban en pánico cuando estas empezaban a llorar. “Decían ya viene la psicóloga y se perdían”, dice Luisa Fernanda París, de la defensoría del Pueblo. Los fiscales tampoco sabían detectar cuando una mujer podía ser víctima de violencia sexual pues el trauma les causa bloqueos y sus historias tienden a ser vagas. “Ellos pensaban que  decían mentiras”,  dice la psicóloga Lina Rondón.

 

Gracias a la Ley de Víctimas hoy el tema psicosocial está presente en todo el proceso de atención institucional, desde la relatoría de los hechos que hace el afectado hasta la restitución, que incluye una carta de perdón que pide el Estado. SEMANA recoge algunas vivencias de un grupo de terapeutas que ayudan a aliviar el dolor que les ha dejado a las victimas el conflicto armado.

 

 “Hay que saber leer el contexto”

Juan David Villa

Psicólogo y filósofo

Profesor de la Universidad San Buenaventura.

 

 

“Cuando uno habla con las víctimas por primera vez ellas se encuentran en estado de postración: están sentadas, reclinadas, con los brazos cruzados y encogidas, no se bañan, no quieren comer, les ha dejado de interesar la vida. En ese sentido el grupo armado logró el objetivo porque esas personas ya no se van a oponer a nada que tenga que ver con sus intereses. El tratamiento en estos casos no es darles antidepresivos sino ayudarlas a levantarse de esa postración. En Antioquia eso se ha hecho con grupos de apoyo donde las mismas víctimas encuentran un espacio para hablar y ser escuchadas, donde son comprendidas, legitimadas, y donde el dolor privado se vuelve público. El lema es que el dolor sea propuesta, una fuerza transformadora, y ellas se empoderen y denuncien. En esas terapias de apoyo mutuo no tiene que estar un psicólogo ni ningún profesional. Somos solo asesores”.

 

 

“La violencia nos paraliza”

Rosalba

Bachiller

Terapeuta comunitaria

 

 

“Soy víctima de la violencia de Antioquia. Me mataron a dos hijos, a tres hermanos y tuve que desplazarme. En 2005 hice una terapia que se conoce como Abrazos y que la ofrecen las Promotoras de Vida y Salud Mental, Provisame, un grupo de apoyo de víctimas para ayudar a otras víctimas. También me preparé para ofrecer esa ayuda. Yo estaba desbaratada pero cuando uno comparte la experiencia con otras mujeres como uno se siente un gran alivio porque ellas entienden mi dolor. Ahora como Provisame yo me doy cuenta de que nosotros somos un soporte para las victimas pero también ellas para nosotros. Cuando llegué a estos grupos solo tenía quinto de primaria y aquí decidí terminar el bachillerato. Tengo una carpeta llena de diplomas porque me he formado en asesoría jurídica, en diferentes mecanismos de acceso a la justicia y en incidencia política, pero necesito hacer mi carrera de psicología, porque a pesar de que he sido terapeuta, no me contratan si no tengo el título”.

 

 

“Me tocó aprender de vieja”

Luisa Fernanda París

Psicóloga

Defensoría del Pueblo

 

“En 2011 me invitaron a un seminario con estudiantes de psicología y pensé que lo mejor para estos muchachos era que les hablara de justicia transicional, lo que ha pasado con las víctimas y cómo se han afectado por la violencia. Cuando terminé la charla me miraban con cara de no haber entendido nada. ¡No podía creer que las universidades no tuvieran esta perspectiva del conflicto! La culpa es nuestra porque a nadie en el colegio le enseñan el conflicto armado. A mí me tocó aprender ya vieja cuál fue la masacre de Mapiripán y de Pueblo Bello, porque no tenía ni idea que eso hacia parte de la historia de donde yo vivía. Hemos tenido que capacitar a muchos sicólogos: no es lo mismo tratar un duelo en Dinamarca que en Cundinamarca”.

 

 

“Hay que ver los actos heroicos”

Lina Rondón

Psicóloga

Unidad de Victimas

 

 

“Las víctimas son personas resistentes, llenas de vida y con una capacidad de superación enorme. El propósito general de una de las estrategias que hacemos en la Unidad de Víctimas es hacerles ver que casi todas tuvieron recursos internos para soportar la adversidad y que al lado de la violencia tuvieron un acto heroico y se preservaron. El acto heroico es todo: callarse, desplazarse, ir a la Unidad de Víctimas, reclamarle al Estado, no permitir que les quiten la dignidad o  que las maten. Eso casi nunca lo ven los psicólogos porque lo que les preguntan es qué le pasó,  y con eso se fija que ellas solo son víctimas y dolientes. En la  estrategia no solo vemos un hecho y un dolor sino una persona con muchas identidades: la víctima, la sobreviviente, la resistente, y la luchadora”.

 

 

“Que esto no se repita”

Liz Arevalo

Psicóloga

Directora Fundación Vínculos

 

 

“A mi las víctimas me han enseñado mucho y lo más valioso ha sido la capacidad de retomar su vida ante circunstancias que, uno cree, ningún ser humano soportaría: la desaparición de un hijo o ser testigos de masacres donde asesinan a sus seres queridos. Es un contraste entre la capacidad humana de reconstruir la vida y la experiencia deshumanizante que vivieron. Ellos van a dejar un gran legado a las futuras generaciones de una verdadera democracia, de la importancia de buscar la verdad, de respeto a los derechos humanos y de cómo relacionarse con el otro en formas diferentes a la violencia. Ellas se basan en la premisa de que como esto que vivimos no se lo merece nadie vamos a luchar para que no se repita”.

 

 

“El secuestro fue lo que más nos dolió”

Olga Lucia Gómez

Psicóloga

Exdirectora de País Libre

 

 

“El secuestro dejó grandes repercusiones a nivel psicosocial. Muchos secuestrados no quieren saber nada, son apáticos y esto se debe en parte a que quieren protegerse pero también a que están afectados. Hay aún casos de depresión muy profunda porque no se atendieron y en dichas circunstancias la persona queda con daños: desconfianza, ausencia de afecto, dificultad para tener relaciones estables, y si sigue la impunidad, con una gran rabia, porque ‘cómo así que a mí me pasa todo esto y no pasa nada’. Hay una deuda social pendiente con la víctimas de este delito. Ahora que hablamos de paz con las Farc es una oportunidad de pedirles resarcimiento moral porque el secuestro fue por mucho tiempo una de las cosas que más nos dolió”.

 

 

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CRÉDITOS

Dirección y edición periodística: Silvia Camargo  |  Periodista: Cristina Castro  |  Diseño y montaje interactivo: Carlos Arango  |  Fotografía: Juan Carlos Sierra, León Darío Peláez, Daniel Reina, Jesús Abad  Colorado, Carlos Julio Martínez  |  Video: Sandra Janer y Silvia Camargo, Diego Llorente, Camilo Bonilla, Alexander Guerrero.