El miedo a perder el bebé o dar a luz en condiciones inapropiadas se ha convertido en uno de los temores de muchas madres venezolanas. Por eso no son pocas las que prefieren cruzar la frontera para llegar a destinos más seguros. Pero el camino no es fácil. Se tienen que enfrentar a retos como ser asaltadas, dormir en la calle, pedir limosna y pasar hambre. Sin embargo, muchas se atreven a embarcarse a esa aventura pues quedarse o no en Venezuela se les ha convertido en una cuestión de vida o muerte. El mismo Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela reconoce que la mortalidad infantil aumentó 30,12 por ciento desde 2016 con 11.466 fallecimientos de niños de 0 a 1 año, y la mortalidad materna se disparó en 65 por ciento.
Esta información concuerda con el Informe de Movilidad Urbana 2018, realizado por el Servicio Jesuita de Refugiados (SJR) y la Universidad Católica del Táchira (UCAT). Según este, el 56,3 por ciento de quienes decidieron emigrar, lo hicieron por “falta de medicamentos para tratamiento médico”. Por otro lado, está la Encuesta Nacional de Hospitales 2018 que se realizó en 137 centros médicos, en la que se destaca que el 88 por ciento de hospitales “no cuentan con la medicina y los implementos necesarios para cuidados básicos de la salud de los venezolanos”. La ONU por su parte ha dicho que de los 2,3 millones de venezolanos que han salido por la crisis, 1,4 millones tienen cuadros de desnutrición.
Colombia, por tener 2.219 kilómetros de frontera con Venezuela, se ha convertido en uno de los principales receptores de los migrantes de ese país. Aunque se sabe que hay un subregistro, se calcula que ya hay más de 870.093 provenientes de Venezuela y tan solo en Bogotá, 43.483. En todo el territorio colombiano hay unas 8.200 mujeres venezolanas embarazadas, de las cuales el 98 por ciento no tienen seguridad social. En la capital, de acuerdo con la Secretaría de Salud, se están atendiendo cerca de 200 partos por mes. La situación es similar en ciudades como Barranquilla, Cali, Cúcuta, Medellín y Riohacha.
Detrás de esta migración está la crisis sanitaria del país vecino, el reto de cruzar la frontera, los posibles casos de apatridia, la ayuda humanitaria y la sobrevivencia. SEMANA presenta historias de mujeres que encarnan el drama de ser madres en medio del éxodo venezolano.