Querida amiga:
Su profundo dolor por la desaparición de su hijo, lo sentimos muchos Colombianos y hoy, especialmente yo.
Desde que nací nuestro país ha estado en guerra y nos hemos acostumbrado a ella, ante todo, los que hemos vivido en las ciudades pero cuando fui mayor y madre de dos hijos, comprendí la pena de las madres que han vivido directamente la violencia y la desaparición de sus seres amados.
Puedo decirle a través de estas cortas líneas que siento mucho su pena y le prometo que de hoy en adelante, rezaré por su hijo para que esté bien en el lugar en donde se encuentre y por usted para que encuentre paz en su corazón y fe en el futuro. Recuerde que los milagros existen.
A veces, los designios de la vida y de Dios no los comprendemos, pero en El y la Virgen, encontramos amparo y ayuda, deseo que Ellos, la bendigan y protejan siempre. Abrazo solidario y amoroso.
María.