Mi querido amigo desconocido:
Pido al ser supremo que te de fortaleza física y espiritual para superar esta situación. A veces no entendemos por qué debemos vivir circunstancias tan difíciles, sólo cuando las hemos superado vemos con claridad el sentido de lo que pasó.
Aunque no nos conocemos quiero darte un saludo reconfortante. Oraré por ti, por tu fortaleza espiritual y porque veas la grandeza de tu alma.
Te mando un abrazo con la mejor de las energías y espero que éstas te sirvan de consuelo.
Dios nunca te abandona. Ten fe.
Con todo mi afecto, L.A.