La cuenca alta del río Bogotá tiene al menos 10 subcuencas entre las que se encuentran embalses y lagunas. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
El Río Neusa se origina en el municipio de Cogua en el páramo de Guerrero con el nombre del Río Guandoque y alimenta el embalse del mismo nombre. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
El embalse del Neusa tiene una capacidad de 117,5 hectómetros cúbicos. Allí se encuentran tanto fauna nativa como el pez capitán y foránea como la trucha. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
Construida entre 1949 y 1951 el embalse del Sisga se alimenta del río San Francisco-Sisga y una capacidad de 90,12 hectómetros cúbicos. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
Cuando las aguas del Sisga salen del embalse recorren los municipios del Chocontá y Sesquilé hasta desembocar en el río Bogota. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
Con una capacidad de 619 hectolitros cúbicos, la represa de Tominé fue construida en un principio para generar electricidad, pero ahora cumple la función de regular el caudal del río Bogotá junto con los embalses del Sisga y Neusa. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
Ubicada sobre un canal producto de la rectificación del antiguo cauce del río Bogotá, aguas abajo de la descarga del embalse de Tominé, esta compuerta genera niveles que permitan bombear excedentes del río Bogotá al embalse Tominé durante las temporadas lluviosas. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
Construida Ubicada en Tocancipá en la vía que une Briceño con Zipaquirá se encuentra Tibitoc, la Primera planta de tratamiento de gran envergadura que brindó agua potable a Bogotá. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
Tibitoc trata el agua del río Bogota mediante la tecnología de lodos activados y cloración. Esta plata aporta el 30 por ciento del agua que consume los bogotanos. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
Además de los ríos y quebradas, de la cuenca alta del río Bogotá hacen parte las lagunas. La más representativa es la de Guatavita, en donde en la era prehispánica se hacían distintos rituales como la coronación del guaque. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz
Suesca es una de las lagunas más grandes de la cuenca alta, pero está amenazada por el desecamiento que han hechos los finqueros para tener más tierras para cultivar y para la ganadería. Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz