La PTAR Canoas tratará las aguas residuales de los más de 7,3 millones de personas que habitan en el sur de Bogotá y Soacha, que jamás han recibido ningún tratamiento. Crédito: render EAAB
Capítulo 2: Cuenca MEDIA

Canoas, la mayor salvación

Tratará las aguas residuales de los habitantes del sur de Bogotá y el municipio de Soacha, que nunca han tenido un saneamiento y son las grandes protagonistas de la contaminación del río Bogotá. El presupuesto para su construcción ya está sobre la mesa, 4,5 billones de pesos.


La ampliación de la PTAR Salitre tratará sólo 30 por ciento del más de millón de metros cúbicos de aguas residuales diarios que le llegan al río Bogotá en su paso por la cuenca media. Por eso, sin un salvavidas que realice el saneamiento del 70 por ciento restante, aportado por más de 7,3 millones de personas del sur de la ciudad y Soacha, este esfuerzo sería en vano.

La buena nueva es que ya están sobre la mesa más de 4,5 billones de pesos para la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Canoas, que estará ubicada en Soacha en un predio de 120 hectáreas, que ya fue comprado por la Empresa de Acueducto de Bogotá. La CAR y el distrito firmaron hace poco el convenio de cofinanciación para la construcción de la planta.

Para esta megaobra, la CAR aportó 1,5 billones de pesos. El dinero restante fue destinado por la Gobernación de Cundinamarca y el Distrito Capital, a través de la Empresa de Acueducto.

Canoas tratará 16 metros cúbicos de agua residual por segundo, cifra equivalente a llenar una piscina olímpica cada dos minutos, aportados por la población asentada desde la calle 26 hacia el sur de Bogotá y los habitantes de Soacha. Generará 690 toneladas de biosólidos diarios, es decir 28 camiones doble traque al día. Le devolverá al río Bogotá unas aguas con 30 miligramos por litro de sólidos suspendidos totales y 30 miligramos por litro de demanda biológica de oxígeno, muy por debajo de los 70 que exige la norma de vertimientos.

Según los diseños de ingeniería de Canoas, adelantados por la EAAB, el tratamiento de las aguas residuales será realizado en dos fases. Las descargas serán conducidas por medio del interceptor Tunjuelo-Canoas, ubicado a una profundidad de 40 metros (una quinta parte del edificio Colpatria), hasta la estación elevadora Canoas, donde los grandes residuos y desechos sólidos serán retirados en rejillas y coladores; el agua será elevada por seis bombas con capacidad de 38,4 metros cúbicos por segundo.

De la estación elevadora, las aguas contaminadas pasarán por una zona de cribado fino, donde varias rejas extraerán más residuos y los transportarán hasta un contenedor. Posteriormente, las descargas ingresarán a seis desarenadores aireados, donde serán sometidas a una decantación de arenas.

En la unidad de mezcla rápida, les inyectarán químicos como cloruro férrico y polímeros. Las aguas residuales seguirán a los sedimentadores primarios, 16 piscinas circulares donde los sólidos en suspensión serán precipitados al fondo y conducidos por barredoras a la parte central.

La segunda fase inicia en la zona de reactores biológicos, piscinas rectangulares que contarán con un proceso de inyección de oxígeno para mantener las actividades biológicas a niveles adecuados. Las aguas pasarán a 16 sedimentadores secundarios, donde serán sometidas a una segunda clarificación. Finalmente ingresarán a los tanques con cloro, una desinfección con hipoclorito líquido.

Las aguas ya tratadas saldrán al río Bogotá a través de tres canales rectangulares sumergidos, para seguir su rumbo hacia el embalse del Muña y Salto del Tequendama.

“Canoas será 2,2 veces más grande que Salitre. También contará con un tratamiento secundario por desinfección, con producción de lodos y generación de energía. El proyecto ya llegó a cierre financiero, es decir que contamos con los recursos económicos para hacerlo realidad. El Acueducto de Bogotá liderará la licitación. Estimamos que las obras duren cinco años, hasta 2025, para empezar a funcionar en 2026” Aníbal Acosta, director del Fondo para las Inversiones Ambientales de la cuenca del río Bogotá de la CAR

Esta megaobra será la Planta de Tratamiento más grande de Colombia y la quinta de mayor envergadura en Latinoamérica.

Canoas, que espera estar lista en 2026, tratará 16 metros cúbicos de agua residual por segundo. Con Salitre y Canoas, el río Bogotá en su cuenca media podrá ser utilizado para el riego y actividades agropecuarias. Crédito: render EAAB.

Tres obras para salvarlo

Lady Johanna Ospina, gerente general de la Empresa de Acueducto, informó que la anhelada salvación del río Bogotá requiere de tres grandes obras: garantizar la funcionalidad de la red de alcantarillado, la puesta en marcha de una estación elevadora y la construcción de Canoas.

“La funcionalidad de la red de alcantarillado de Bogotá, que mide más de 10.600 kilómetros, estaba trabada por dos máquinas tuneladoras enterradas hace más de siete años en Soacha, a 70 metros de profundidad, cuando era construido el interceptor Tunjuelo-Canoas, encargado de conducir las aguas residuales del sur de Bogotá hacia Canoas”.

Con una inversión de 25.633 millones de pesos y 14 meses de trabajo, en 2018 la EAAB logró retirar esas infraestructuras. Para esto fue necesario contar con una grúa que desarmó por piezas las dos gigantescas tuneladoras, cada una con un peso de 500 toneladas y más de 100 metros de longitud. Fue construido un pozo de 70 metros para llegar hasta su ubicación.

Al solucionar este destrabe, las aguas residuales de las cuencas de los ríos Fucha y Tunjuelo y del municipio de Soacha, fluirán por tuberías enterradas a más de 70 metros, las cuales llegarán a la PTAR Canoas. Sin embargo, antes de su ingreso tienen que elevarse para realizar un tratamiento primario.

“Por eso es necesario una estación elevadora, proyecto presentado en 2011 que estuvo engavetado por siete años. Esta administración logró el cierre financiero por más de 388.000 millones de pesos y ya iniciamos sus obras, la más grande que tiene el Acueducto en ejecución”, apuntó Ospina.

La estación elevadora estará ubicada en Soacha, en el mismo predio de la PTAR Canoas, y bombeará 38.400 litros por segundo de agua residual. Esta estructura, que estará lista en 2021, recibirá las descargas del 70 por ciento de Bogotá, y realizará un tratamiento primario, consistente en la remoción de sedimentos y basuras.

La PTAR Canoas estaba trabada por dos máquinas tuneladoras enterradas hace más de siete años en Soacha. Si no eran removidas, las aguas residuales de las cuencas de los ríos Fucha y Tunjuelo y Soacha no podían llegar a Canoas. Crédito: EAAB

Estará enterrada a 41 metros de profundidad, donde tendrá dos pozos de bombeo. En uno de los pozos serán removidos los residuos y, en el otro unas bombas elevarán el agua hacia Canoas. Servirá para poner en funcionamiento el sistema de túneles de aguas servidas de la ciudad, que ha contado con una inversión superior al billón de pesos.

“Sin esta estación, la PTAR Canoas no es funcional, ya que ahí iniciará el tratamiento. Tendrá rejas y coladores, proceso llamado cribado, que retendrá los sólidos. Luego elevará sus aguas para llevarlas hasta Canoas. Cada día, al río le llegan 690 toneladas de carga contaminante, entre residuos sólidos, arenas, grasas y vertimientos”, anotó la funcionaria.

La gerente de la EAAB afirmó que el impacto de la estación elevadora es igual de importante al de Canoas. “Esta obra no solo elevará de 70 metros a nivel de la superficie las aguas residuales, también le quitará los residuos grandes por medio de un pretratamiento. La estación es garantía de un saneamiento anticipado”.

Con la plata de Canoas sobre la mesa, la Empresa de Acueducto adelanta diseños de ingeniería. “Ya culminamos los diseños de ingeniería de detalle para el tratamiento primario y estamos desarrollando los del tratamiento secundario. La meta es que en 2026 Canoas ya esté funcionando”.

Complementó que todo el biogás generado en el tratamiento de Canoas, al igual que en Salitre, será reutilizado para generar cerca del 32 por ciento de la demanda de energía necesaria para su funcionamiento.

Acciones diarias

Para descontaminar el río Bogotá no basta con grandes megaobras. En la capital del país, el Acueducto trabaja a diario en disminuir la carga contaminante de sus canales, quebradas, humedales y los ríos urbanos Fucha, Salitre y Tunjuelo.

Según Ospina, cada año la empresa retira 400.000 toneladas de residuos sólidos de estos cuerpos de agua, además de identificar las conexiones erradas de vertimientos al sistema de alcantarillado por parte de los usuarios domiciliarios, industriales y comerciales, conformado por 10.600 kilómetros de tuberías bajo la ciudad: 4.000 de aguas lluvias y 6.600 de residuales y combinadas.

“Las conexiones erradas son un punto crítico. Cuando corregimos una de inmediato aparece otra. Son actividades inadecuadas que siguen predominando entre nuestros usuarios. El año pasado subsanamos 701 conexiones erradas. El sector de Montevideo en Fontibón, conformado por industrias textileras, es uno de los más neurálgicos, tanto por el uso de tintes como el proceso de desgaste de los jeans. Llevamos 18 años tratando de solucionar esta problemática”.

Actualmente, la EAAB construye la estación elevadora Canoas, que hará un tratamiento primario consistente en la remoción de sedimentos y basuras, y elevará las aguas residuales del sur hasta la PTAR. Crédito: EAAB

El director de la CAR recalcó que para las obras es fundamental un cambio en la ciudadanía.

“Eso es lo más crítico, cambiar ese relacionamiento y poca querencia de la población con el río Bogotá. Lamentablemente, la mayoría de los 12 millones de habitantes de la cuenca, en especial los de Bogotá, ni siquiera saben que tenemos río. Hacemos esfuerzos pedagógicos para llevar la comunidad al río, y que así le apueste a su conservación y deje de darle la espalda”

Todos ponen

Cada día, los bogotanos generan cerca de 7.000 toneladas de residuos, equivalentes al peso de 1.000 elefantes, muchas de las cuales terminan en el río Bogotá. Además, producen 1.037.000 metros cúbicos de agua residual diarios, cantidad suficiente para llenar 300 piscinas olímpicas. Este panorama será subsanado con Canoas y Salitre.

Néstor Franco, director de la CAR, anotó que ambas plantas garantizarán el tratamiento del 80 por ciento de las aguas residuales que le llegan al río Bogotá en toda su trayectoria. “El 20 por ciento restante son descargas que deben tratarse en las PTAR municipales, en donde hoy en día tenemos cerca de 20 proyectos caminando. Todo esto nos permitirá dar el gran salto al saneamiento y cambiar el índice de calidad del agua, catalogado como malo en el 77 por ciento de la cuenca media”.

Cuando el río Bogotá salga de la sala de operaciones, el Director de la CAR imagina a los bogotanos con comportamientos responsables. “Gente caminando por sus senderos, haciendo deporte y queriendo a su río, y con nuevas conductas en las casas, como reutilizar el agua. Me imagino a los ciudadanos con el criterio principal de que todas las acciones le pegan para bien o para mal al río”.