La ampliación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre, que saneará las descargas del norte y centro de la ciudad, será el primer gran respiro para el río Bogotá. Esta megaobra, con un avance del 70 por ciento, empezará a funcionar en 2021. Desinfectará las aguas residuales para darles un uso agropecuario.
Hace más de 30 años, un predio de 95 hectáreas ubicado en el noroccidente de la ciudad, cerca al río Bogotá en su paso por la calle 80, fue rellenado con más de 1,5 millones de metros cúbicos de toda clase de residuos inertes y basuras, botadero conocido como El Cortijo. Con el paso del tiempo, el sitio dejó de recibir residuos, pero los que ya estaban quedaron sepultados generando una contaminación silenciosa.
En 2017, todo ese material empezó a removerse para dar paso a la primera megaobra que le cambiará la cara a las contaminadas aguas del río Bogotá en su fatídico paso por la capital del país: la ampliación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) del Salitre, que cuenta con una inversión de 450 millones de dólares por parte de la CAR y el Banco Mundial.
La PTAR Salitre original, que inició operaciones en 2000, no puede tratar los 7 metros cúbicos por segundo de aguas residuales que aportan más de 2,3 millones de habitantes del norte y centro de Bogotá, las cuales son transportadas por el río Salitre. Es más, su capacidad llega a los 4 metros cúbicos por segundo y no realiza ningún tipo de desinfección. Sólo separa dos toneladas de basura diaria que llegan por el alcantarillado.
Con su ampliación y optimización, que estarán listas en 2021, esta PTAR tratará 605 millones de litros de agua diarios, para luego devolverlos al río Bogotá prácticamente saneados. Además, impedirá que 450 toneladas mensuales de basura ingresen a colmatar el río.
“La primera PTAR Salitre les hace un tratamiento primario a 4 metros cúbicos por segundo de aguas residuales, proceso que sólo retira basuras, sólidos en suspensión gruesos y algo de carga orgánica. Pero el agua entra y sale sucia de la planta. Con su ampliación pasará a tener un tratamiento secundario por desinfección, que quitará basuras, sólidos, carga orgánica y desinfectará las aguas entre un 95 y 98 por ciento. No llega al 100 por ciento porque el líquido será destinado para usos agrícolas y pecuarios, que requieren de cierta cantidad de materia orgánica. Usará la tecnología de lodos activos con desinfección, lo que permitirá que el agua sirva para las actividades agropecuarias” Aníbal Acosta, director del Fondo para las Inversiones Ambientales de la cuenca del río Bogotá de la CAR
Salitre generará biosólidos, que luego serán utilizados como abonos para la restauración de suelos. “Es como cuando hacemos un jugo de mora. Luego de licuar y servir en el vaso, la pulpa empieza a acumularse en la parte de abajo, formando un cuncho. Lo mismo ocurre con el tratamiento de las aguas residuales. El agua limpia irá para el río Bogotá y al cuncho le harán un tratamiento para quitarle patógenos y bacterias. Así queda un abono orgánico ideal para la recuperación de suelos degradados. En ese proceso también saldrá un biogás para producir 30 por ciento de la energía eléctrica de la planta”.
Al llegar a Salitre, las aguas residuales ingresararán a una infraestructura rectangular de captación y pretratamiento, donde serán retenidos y removidos los sedimentos, residuos, grasas y arenas de gran tamaño.
Con los sedimentos ya retirados, las aguas residuales entrarán en 14 clarificadores primarios, estructuras redondas de 45 metros de diámetro y cinco metros de profundidad, donde el agua irá moviéndose lentamente para que los cúmulos de materia orgánica queden depositados en el fondo. Allí será extraído todo el material flotante y los lodos primarios.
Aníbal Acosta
Luego, el agua pasará a seis tanques de aireación en forma de U, de 100 por 45 metros, que contarán con reactores biológicos que usan microorganismos aeróbicos o bacterias con capacidad de asimilar la materia orgánica y los nutrientes disueltos en el agua residual. “En estas licuadoras el agua es agitada con oxígeno. Luego es transportada a 12 clarificadores secundarios, tanques circulares de 56 metros de diámetro donde son retirados los flóculos biológicos por decantación, produciendo así un agua con bajos niveles de materia orgánica y suspendida”, manifestó Acosta.
En esta segunda decantación el agua queda clara. Por último ingresará a un sistema de cloración que mata los patógenos, una gran piscina con cloro. Finalmente, saldrá de la PTAR hacia el río Bogotá en unas mejores condiciones, no óptimas para consumo humano, pero sí para riego de cultivos y actividades pecuarias.
Los lodos extraídos de los clarificadores primarios y secundarios serán enviados a ocho digestores, que los transformarán en biosólidos. Altas temperaturas matarán las bacterias y patógenos, y saldrá como resultado un gas, que pasará a unos generadores de energía.
Dieciséis horas es el tiempo promedio desde que una gota de agua residual ingresa a la PTAR Salitre hasta que sale al río Bogotá. “En resumidas cuentas son dos licuadas, dos decantadas y una cloración”, anotó el directivo de la CAR.
Sin embargo, recalcó que no es un orgullo contar con semejante obra de tratamiento y saneamiento. “Es una vergüenza. Si los ciudadanos reutilizáramos el agua, el panorama sería distinto. Como somos un país rico en agua, desperdiciamos el líquido vital”.
Juan Jesús Núñez, jefe de disciplina civil y arquitectura del Consorcio Expansión PTAR Salitre, conformado por las empresas Aqualia Infraestructuras, Aktor y CASS Constructores, asegura que la ampliación de la planta registra un avance del 70 por ciento en obra civil, donde han participado 1.500 personas. Desde 2017, el proyecto ha utilizado 15 piloteadoras, 45 retroexcavadoras, 120 volquetas, tres plantas de cemento y 205.000 metros cúbicos de concreto. Para la construcción de la PTAR Salitre Fase II, se ha brindado la oportunidad laboral a diferentes habitantes de Bogotá, pero han tenido prioridad los habitantes de las localidades de Suba y Engativá.
“Las aguas llegarán por el canal Salitre y enseguida pasarán a un pretratamiento, donde son retirados los materiales gruesos del agua, además de arenas y grasas. De ahí, el líquido ingresará a la clarificación primaria, donde los sólidos son decantados para sacar los lodos y flotantes y llevarlos a una zona de digestión. En un proceso de reacción biológica salen más flóculos, que pasarán a un tratamiento en decantadores secundarios. El agua finalmente pasa a una cloración, para luego salir en mejores condiciones al río Bogotá”.
Las zonas del canal Salitre y el pretratamiento estarán cubiertas, lo que minimizará los olores. “Todas las basuras que vienen en las aguas del canal Salitre quedarán en la PTAR, lo que evitará que el río Bogotá reciba residuos. En el futuro, Salitre tendrá una capacidad para tratar hasta 21 metros cúbicos por segundo, cuando en el norte y centro de Bogotá, de la calle 26 hacia los cerros, habiten más de 3,8 millones de habitantes”, anota Núñez.
El vecino más cercano a la nueva PTAR Salitre será un Parque Metropolitano de 31 hectáreas, un espacio que le cambiará la cara a esta alejada y poco visitada zona de la capital. Contará con zonas recreativas, senderos, canchas deportivas y áreas para la conservación ambiental.
“Estará ubicado 15 metros por encima del terreno de la PTAR Salitre, sobre los 1,5 millones de metros cúbicos de escombros que fueron retirados del antiguo basurero El Cortijo. 30 por ciento del parque será para la recreación activa y 70 por ciento restante para las actividades pasivas y de protección”, dijo Núñez.
Acosta complementó que en el parque actualmente son construidas barreras ambientales por medio de la siembra de más de 9.000 árboles, que evitarán el ingreso de malos olores. “También tendrá un criadero de peces, mirador, aula ambiental y lagos artificiales. Con el IDRD, pondremos en marcha actividades de educación ambiental para que la comunidad conozca cómo funciona la PTAR. La inversión para la construcción del parque es de 20.000 millones de pesos”.
Núñez, arquitecto español del consorcio, dijo que en la ampliación de la PTAR Salitre y el Parque Metropolitano, han reubicado 1.374 curíes, 49 ranas sabaneras, 55 serpientes sabaneras, 16 enjambres de abejas, tres enjambres de abejorros y varias tinguas. “Este parque estará interconectado con el Parque Lineal de la cuenca media y la cicloruta que viene por el humedal Juan Amarillo, lo que arrojará un circuito para que los ciclistas puedan visitarlo desde el Parque el Virrey”.