El youtuber que quería ser profesor
Camilo Andrade, un caleño de 31 años, conocido por sus tutoriales de animación en 3D es un ejemplo claro sobre cómo un joven puede transformar la rigidez del sistema educativo usando la tecnología.
Camilo se graduó de un técnico de comunicación social, tiene voz de locutor de radio, y en algunas ocasiones le saca provecho en emisoras de Cali. No ejerció como comunicador, porque su pasión estaba en otro lado. Trabaja como animador de video en una empresa de comunicaciones y su tiempo libre lo usa para crear sus tutoriales, su verdadera vocación. “Sin darme cuenta descubrí mi capacidad para conectar con la gente y mi habilidad para la enseñanza. Hoy, ese es mi salario emocional, lo que más me gusta hacer”, cuenta.
Su historia comienza hace más de 11 años, cuando quiso compartir lo que sabía sobre animación con sus amigos. Encontró un Youtube, una plataforma que apenas estaba arrancando, una opción más rápida para compartir su conocimiento. Pero, lo que comenzó como un simple video para unos cuantos amigos, terminó en las computadoras de personas en todo el mundo. Antes del boom de los youtubers, Camilo ya estaba en la lista de los videos con más reproducciones en Colombia.
Además de la sorpresa, tiempo después, empleados de la plataforma lo buscaron para que fuera uno de sus creadores de contenidos, es decir, un Youtuber. Hoy, tiene más de 50 mil suscriptores de todas partes del mundo que buscan en su canal el profesor de animación en 3D que no pueden pagar o que no tienen en su universidad.
Dedica todos sus fines de semana para preparar el contenido que saldrá en cada video, tal y como si fuera una clase. Ensaya antes de grabar, porque es muy importante para él reconocer en qué momento del video la gente podría tener dudas. Con esta metodología le ha enseñado, especialmente, a hombres entre 18 y 35 años a construir personajes para videojuegos en 3D. “No les explico cómo funciona toda la interfaz, porque es mucha información en un solo video y la gente se aburre, sino que de inmediato los pongo a trabajar”.
Cuenta que lo más satisfactoria hasta ahora es leer los comentarios que cada tanto le dejan sus suscriptores, como los de jóvenes que le aseguran que no habrían podido estudiar animación sino fuera por él. Pero, quizá los comentarios que más lo han impactado son aquellos estudiantes que están cursando una carrera de animación y le expresan que aprenden más con uno de sus videos que lo que aprenden en un semestre en la universidad.
Aunque habla con emoción de su trabajo como profesor en Youtube, asegura que le gustaría dar clases de manera presencial. A pesar de lo que ha intentando, el sistema educativo sigue siendo muy rígido, según él, porque a pesar de tener la experiencia, le exigen un título que no tiene. Además, espera crear muy pronto una academia online donde pueda profundizar lo que hace en sus videos.