Las raíces no tienen edad
“En la voz y en las palabras están nuestras raíces, nuestros ancestros, la memoria cultural. Antes no existían los libros, pero estaba la música y después la palabra. Cuando uno cuenta historias como: Farolera tropezó y en la calle se cayó, y al pasar por un cuartel se enamoró de un coronel, de inmediato vamos a nuestras raíces, a nuestra infancia. Las raíces no tienen edad. A través de estos sonidos entendemos nuestro contexto y nos vemos reflejados”, dice María del Sol Peralta, pedagoga de preescolar, cantante y escritora.
Y agrega: “Para mí la música es la base para encontrar buenos lectores. Con la música, los más chiquitos se adentran en la expresión corporal, la danza, y así aprenden e interiorizan esos lenguajes artísticos y culturales. Así, pueden leer el mundo de otras maneras: se leen a sí mismos, leen el entorno y comprenden que son como son, pero que también hay otras formas de ser”.
María del Sol, que creció en una familia de artistas, está en este cuento desde hace 18 años. Junto al grupo CantaClaro ha recorrido los teatros del país generando un camino plural, significativo y creativo para los aprendizajes. En su último libro, Así me lo contaron a mí y así te lo canto a ti, por ejemplo, quiso contar la historia de las telas y colores con rimas. Este libro se suma a otras producciones, que al mismo tiempo son editoriales, teatrales y musicales: Sana que sana, Tomatina Curatodo, Con…¡Cierto Animal!
Sobre su proceso artístico afirma que la historia siempre es lo primero que piensa: “Tengo un principio y un final, y el nudo lo voy armando en el camino. Además, pienso en los colores de la historia y en los sonidos, pero como una cosa afecta a la otra, pienso en cómo los colores afectan a los sonidos y cómo los sonidos afectan a los colores. Esto me ha llevado a intentar que los maestros y niños aprendan a leer entre líneas a través de los sentidos”.
El impacto de su proyecto no solo ha beneficiado a niños, maestros y adultos, “también creo que para los artistas ha sido positivo porque se han creado muchos grupos de música infantil que envuelven la literatura y las demás artes. Esto ha abierto muchos espacios en los teatros, cosa que no sucedía tanto, ya que la programación infantil no era tan importante, y creo que entre todos hemos logrado abrir ese camino. A su vez, con este camino pedagógico elegido, los asistentes a conciertos, talleres, conferencias y demás actividades, sienten que en casa es el primer lugar para empezar a poner en práctica estos aprendizajes”.
